Seguramente no deben ser los únicos que tuvieron más de una vez problemas con el maridaje. Eso de acertar con el vino justo a la comida indicada es una tarea que resulta muchas veces agotadora y compleja (y causa más de un dolor de cabeza). Pero también es cierto que cuando encontramos el maridaje perfecto, todo parece estar increíblemente bien. Y de todas las comidas, creo que la que más dificultades se da para maridar es la pizza.
¿Cómo maridar una pizza? ¿Qué es lo que debemos considerar a resaltar cuando lo que comemos es un alimento que no es ni pasta ni carne roja ni pescado? Porque en definitiva, ¿qué tipo de alimento es la pizza? es básicamente una masa de harina con salsa de tomate y queso encima. El problema es que se la acompaña de tantos ingredientes como gustos tenga el consumidor, lo que abre un abanico de posibles maridajes muy complicado. Es deliciosa, de eso no hay dudas. Pero no entra en ningún género compatible con el vino. ¿O sí?
Generalmente la pizza se acompaña con cerveza, ya que la comida se popularizó en países donde esta bebida es más consumida. Pero el vino puede ser un muy buen acompañamiento, si lo elegimos bien. Para maridar correctamente una pizza (la clásica, al menos), lo mejor es encontrar un vino blanco con punto de acidez, de manera tal que eleve el contenido graso y sobresalga sus sabores, pero sin excesos, ya que esa acidez debe acompañar el componente ácido de la salsa de tomate.
Pero si la pizza tiene verduras, entonces convieneque el vino tenga un punto amargoso y un tiempo corto de barrica. Y si la pizza tiene carne o embutidos (como el clásico pepperoni), entonces un vino tinto quedaría muy bien, aunque sin exceso de potencia.
Como vemos, la pizza varía su maridaje de acuerdo a lo que pongamos sobre su masa. En definitiva, lo que hace deliciosa a una pizza es eso, ¿no?
Fuente | revistadelvino
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