A veces, un puro bien encendido puede apagarse mientras lo fuma; esto puede ocurrir si olvida durante algunos minutos darle una chupada. En todo caso, "que no cunda el pánico", no es un sacrilegio y además, lleva menos tiempo reencender un puro apagado que encender otro nuevo.
Lo primero que debe hacer es sacudir la ceniza y soplar con cuidado para comprobar que el puro está apagado. Si no sale humo, caliente el pie del puro, haciéndolo girar sobre la llama para eliminar el alquitrán y, ahora enciéndalo de nuevo; al encender el borde de la capa, puede que el puro ya haya prendido.
No deje apagar su cigarro para terminarlo al día siguiente, su sabor rancio y su exagerada fuerza le harán olvidar el placer de la velada anterior. Si se ve obligado a encender varias veces el mismo puro, puede que esté mal torcido; tenga en cuenta que los mejores cigarros se elaboran a mano, (no a máquina), con una materia prima que conserva gran parte de su estructura irregular natural; a pesar de que los controles de calidad son rigurosos, puede que llegan al mercado algunos que no estén en las mejores condiciones; no dude en devolver a su proveedor cualquier puro mal torcido, seguramente se lo cambiará sin problemas. Otra posibilidad, es que su puro se apague por un exceso de humedad, ya que ésta dificulta el tiro.
Fuente | Cigarros Puros
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