Para mis amigos de La Corte, para don Ángel Mendoza y su familia....
Alegrándose en un mismo amor...(parte uno)
Por Juan Carlos Catalano
Mis queridos amigos, mi estimado Don Ángel y familia...Me han pedido un relato de nuestra experiencia vivida por quienes tuvimos la oportunidad de encontrarlo el domingo 21 de setiembre en donde recreamos uno de nuestros viejos sueños... vivir una experiencia genuina, humana, con quien nosotros consideramos un Patriarca en materia enológica. Pero la verdad es que mas allá de los detalles de este encuentro fortuito que comenzó con una llamada de Fabián a las 9.15 mientras yo cargaba nafta en el automovil club de Mendoza. Allí nos atendió Ud. Don Ángel y nos citó a las 10.15 en su territorio. Busque con urgencia a mis otros dos compañeros y partimos raudamente (como es mi costumbre) a sus lares de Lunlunta. Llegamos antes que Ud, a las 10 hs mis amigos con cara de velocidad, bajaron raudamente de la coupé.. Mientras yo tocaba su gigante carillón, mi amigo José tomaba fotos del lugar..
Ud se presentó impecablemente a las 10.15 en su camioneta acompañado por su fiel esposa Rosalía..Es entonces que franqueada la tranquera, nos invitó a dar un paseo por Domaine San Diego. Lo primero que nos asombró es verlo preocupado porque una bomba no funcionaba y su empeño por hacer que drenara el reservorio de agua que luego irrigaría su propiedad. Humildemente metió las manos en el agua y trató de destapar un filtro, o un problema eléctrico de la bomba. Mientras tanto nosotros asombrados, lo mirábamos de lejos mientras recorríamos la viña. No salíamos de la sorpresa, y mientras queríamos colaborar con sus desvelos cotidianos, Ud nos decía que luego nos veríamos..
Nuestros pasos comenzaron a recorrer su bello territorio..Cada 100 metros nos encontrábamos con un sencillo cartel, que ya José ha puesto en el blog.Veíamos prolijas viñas con diversos varietales, malbec, cabernet sauvignon, chardonay; todos prolijamente recostados sobre sus altos espaldares y regados amorosamente por un sistema de riego por goteo que pudimos apreciar en ese momento. Encontramos a cada paso un exquisito cariño por lo que se veía y se criaba con ojos temblorosos..Nos dimos cuenta de a poco que no estábamos en cualquier tierra o territorio, por pequeño que fuera nos mas de 3.5 Ha, el paisaje era cautivante...Allí fuimos tomando como en sorbos del goteo, su filosofía de vida,que se intercambiaba con esa tierra. Una cruz que bendecía el terruño, una yegua enterrada con amor por haber sido habitante del lugar y cultivadora de la viña, un mirador en donde se divisaba todo el valle d el bajo Lun lunta (tierra de guanacos, según los aborígenes huarpes). Una sutil distinción entre wine makers ( hacedores de vino) y wine growers (criadores de vino) nos llamó la atención... El valle repleto de viñas intercalados con olivares y en el fondo , el lecho del río Mendoza que irriga la primera zona de Mendoza mientras que el paisaje se interrumpe por la Iglesia de Nuestra señora del Tránsito, que fue el seminario menor de Mendoza , hoy casa de retiro espiritual..
Mientras recorríamos el Domaine, percibíamos el dominio de Don Ángel que mientras caminábamos abría canales y redireccionaba el agua de la hijuelas para que este desierto de piedras y tierras se convierta en un vergel de vides nobles. Me di cuenta que es hombre que cultivaba la tierra, nos estaba dando una lección austera de cultura. Sus manos y la de su familia habían transformado la naturaleza y le habían incorporado un valor humano. Estábamos pisando los cimientos de la cultura. Cultura que se manifiesta en el cultivo amoroso en donde el hombre intercambia su vida con la tierra y el culto por los frutos de la tierra, por su exquisita percepción de lo que año a a año es una bendición de la vida, que en en 9 meses renace en cada aniversario. Esa tierra no era cualquier tierra era la tierra de una familia que no solo vive de su cultivo, sino también de un culto austero, sencillo, solidario con la naturaleza pero no por eso menos profundo. Mientras desde el mirador mis amigos sacaban fotos y filmaban esta maravilla, yo no podía salir de mi asombro. Estaba en contacto con un dominio (Domaine), donde el Señor es Dominus y participa su señorío a quienes labran y cultivan su tierra y agradecen sencilla y humildemente a quien reconoce la Gracia de Dios derramada en frutos exquisitos, nobles y mostrencos arrancados al desierto. de piedras y arenas.. en el vestuario rollizo del río que recrea en un valle. ..
Por eso me alegré con mis amigos de La Corte porque en ese paisaje de ensueño, pude celebrar la vida y el trabajo del hombre y alegrarme en un mismo amor a esa tierra profunda que habla el lenguaje de lo universal,. Esa tierra que trasciende la globalidad y se hace inteligible a todos los hombres. Esa tierra que por el Dominio, transfigura el valor de la tarea y le da un significado a la vida. Esa tierra que que se expresa no desde la extensión sino desde la intensidad de un amor que le arranca jugos a su profundidad. Por eso, por su profunda manera de expresarse, brindo con Don Ángel y su familia que nos dieron un testimonio austero de lo que un hombre y su familia pueden hacer cuando no solo viven de la vitivinicultura. Son como Ángeles o duendes que expresan de un modo solidario con la tierra (humus) su humilde modo de vida: que testimonia un carácter noble, que nosotros reconocemos y celebramos. "Ubi caritas gaudet ibi est festivitas" (allí donde se alegra el amor hay fiesta, decía San Juan Crisostomo) Brindamos por ello......... continuará...
Juan Carlos Catalano
Jota_jc@yahoo.com
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