Es la única de las 'grandes' castas francesas un poco olvidada. Eso sí, si no fuese por algunas notables excepciones, la sémillon bordelesa estaría considerada más bien como el 'patito feo' de la viticultura gala que como una de las grandes castas del mundo. Pero es que esas excepciones son tan imponentes que compensan con creces todas sus carencias. Para empezar, no hay más que mencionar el nombre de Château d'Yquem para situarse en las alturas que puede alcanzar. Ahora bien, conviene siempre tener presente que en Burdeos, su hogar tanto espiritual como geográfico -como nos recuerda Jancis Robinson-, casi siempre se ensambla con otras castas para alcanzar sus mayores logros.
La sémillon, quizá más que las otras grandes castas, es víctima de la tiranía de su propio entorno. Su piel, muy fina y delicada, es sumamente propensa a las infecciones por parte de la Botrytis cinerea, que puede ser podredumbre noble... pero también la indeseable podredumbre gris.
El calor y la humedad influyen muchísimo en su composición química y aromática. Sus cualidades internas y su capacidad de envejecimiento hacen de ella la uva favorita de los productores de lagunos de los mejores vinos dulces del mundo. Así, los mejores sauternes suelen ser ensamblajes de 80% de sémillon y 20% de sauvignon blanc, aunque a veces se incluye un toque de muscadelle.
Pero la sémillon no sólo es famosa por sus vinos dulces, aunque con eso ya sería lo bastante grande como para estar incluida entre las mejores del mundo: los vinos secos de sémillon se están poniendo de moda, aunque pocos lugares en el mundo ofrecen las condiciones que animen a esta uva sensible a rendir todo su potencial. Demasiado calor, y los aromas se evaporan mientras la acidez decae, no dejando casi nada de interés. Demasiado frío, y sus cualidades nunca llegan a la plenitud de la madurez. A esto hay que añadir una enorme variación clonal: en Argentina, Australia, Chile y Sudáfrica hay que controlar con mucho cuidado la sobreproducción, y muchos no se toman el trabajo de hacerlo.
La sémillon es capaz de producir cantidades prodigiosas si no se hace una poda en verde o aclareo. Además, existen por lo menos dos tipos de clones históricos, reconocidos por Galet, el gros sémillon y el petit sémillon. De hecho, las viñas del Château d'Yquem tienen un clon único, de granos ultrapequeños y separados, y racimos relativamente ligeros.
Análisis sensorial
Color: amarillo palido con relfejos verdosos casi transparentes.
Aroma: fresco, de fruta, citricos, esparragos blancos y vegetales recien cortados.
Sabor: mediana estructura, con ciertos toques carbónicos agradables y acidez muy refrescante y elegante.
Fuente | El Mundo Vino
Foto | Flickr
La sémillon, quizá más que las otras grandes castas, es víctima de la tiranía de su propio entorno. Su piel, muy fina y delicada, es sumamente propensa a las infecciones por parte de la Botrytis cinerea, que puede ser podredumbre noble... pero también la indeseable podredumbre gris.
El calor y la humedad influyen muchísimo en su composición química y aromática. Sus cualidades internas y su capacidad de envejecimiento hacen de ella la uva favorita de los productores de lagunos de los mejores vinos dulces del mundo. Así, los mejores sauternes suelen ser ensamblajes de 80% de sémillon y 20% de sauvignon blanc, aunque a veces se incluye un toque de muscadelle.
Pero la sémillon no sólo es famosa por sus vinos dulces, aunque con eso ya sería lo bastante grande como para estar incluida entre las mejores del mundo: los vinos secos de sémillon se están poniendo de moda, aunque pocos lugares en el mundo ofrecen las condiciones que animen a esta uva sensible a rendir todo su potencial. Demasiado calor, y los aromas se evaporan mientras la acidez decae, no dejando casi nada de interés. Demasiado frío, y sus cualidades nunca llegan a la plenitud de la madurez. A esto hay que añadir una enorme variación clonal: en Argentina, Australia, Chile y Sudáfrica hay que controlar con mucho cuidado la sobreproducción, y muchos no se toman el trabajo de hacerlo.
La sémillon es capaz de producir cantidades prodigiosas si no se hace una poda en verde o aclareo. Además, existen por lo menos dos tipos de clones históricos, reconocidos por Galet, el gros sémillon y el petit sémillon. De hecho, las viñas del Château d'Yquem tienen un clon único, de granos ultrapequeños y separados, y racimos relativamente ligeros.
Análisis sensorial
Color: amarillo palido con relfejos verdosos casi transparentes.
Aroma: fresco, de fruta, citricos, esparragos blancos y vegetales recien cortados.
Sabor: mediana estructura, con ciertos toques carbónicos agradables y acidez muy refrescante y elegante.
Fuente | El Mundo Vino
Foto | Flickr
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