Tiempo de lectura : 2’25
El consumo de vino ha crecido en todo el mundo, junto con la apreciación del carácter de los varietales. Desde clásicos como un Cabernet o un Chardonnay, hasta cepas menos familiares como la austriaca Gruner Veltiner,- cepa blanca de mucho temperamento -, y la bordalesa Malbec, que ha jugado un papel preponderante, único, en los vinos de Argentina.
Por eso no es tan sorprendente que la cristalería de copas hayan seguido esta tendencia : hoy están diseñadas para dejar expresar el carácter de vinos varietales específicos.
La teoría es que el diseño de las copas – desde el formato del cáliz, el grado de cierre de la boca y hasta el borde mismo – puede afectar el modo de apreciar el aroma, sabor y armonía de un vino. Los matices de un vino tinto complejo, por ejemplo, pueden abrirse y expresarse en la copa apropiada, o volverse tosco y cerrado en otra inadecuada.
Sin duda, y según varios profesionales del vino, la copa apropiada puede significar la diferencia entre saborear un vino delicioso, o sentirse defraudado.
La idea original de conjugar la cristalería con tipos específicos de vinos, fue de Riedel, una empresa austriaca que ha estado haciendo copas y vasos de cristal hace 250 años. ‘Tienes que tener el mensajero perfecto para entregar el vino’, dice Max Riedel, presidente de Riedel Cristal USA.
Fue Claus Riedel el primero que creo una linea de copas para vino, de diferentes formatos y tamaños, diseñadas para resaltar el carácter de tipos de vinos específicos. Como la linea Sommelier, que inicio la tendencia en los años 1970 : copones de cristal puro, sin adorno, sopladas y hechas a mano, de mayor capacidad que las usuales, con mas espacio para liberar, y a su vez concentrar, los aromas del vino. Todo por la módica suma de USD 60 / 90.- por copa.
Luego su hijo Georg popularizó la idea con la nueva linea Vinum, piezas de cristal hechas a máquina, mas económicas, pero igualmente efectivas, promocionada en seminarios y sesiones de cata, a USD 15/20.-por copa. Y para novicios, la linea Ouverture, por solo USD 10.- la copa.
Realmente las copas de vino hacen tanta diferencia ? En un seminario de Riedel - al que asistí, dice Amy -, iniciaron la demostración con un chardonnay californiano de las bodegas de ‘Kendall Jackson’, muy frutado. En las copas Vinum Chardonnay, las notas frutadas, tropicales, emergieron suavemente y se expandieron jugosas en la boca. Luego probamos en las copas Vinum Sauvignon Blanc, donde sentimos que perdió profundidad, los otros aromas estaban opacados por vainilla y roble, muy tánico. Finalmente, probamos el mismo chardonnay en un vaso común, chico, donde apenas si podía oler adentro : en este vaso, el alcohol quemaba la nariz, y los aromas a frutas tropicales había desaparecido. ‘El chardonnay necesita un recipiente mas grande, dada la intensidad de sus aromas y el contenido de alcohol. La copa Vinum Chardonnay dirige el flujo de vino a la parte especifica de la lengua, donde la primera impresión es la clave’ dice Max Riedel. Esta demostración se hizo luego con pinot noir y cabernet sauvignon, ambos de California, con los mismos resultados. La audiencia estaba sorprendida.
Así como estos seminarios han generado seguidores – Robert.Parker ha escrito que ‘el efecto de las copas Riedel en vinos finos, es abismal’ -, otros dicen que eso es mas un truco de marketing, que una ciencia.
‘La noción que una copa pueda enfocar y dirigir el flujo de vino a una parte especifica de la lengua, es ridículo’, dice Ted Allen, experto en vinos y comentarista de TV. Joshua Wesson, de Best Cellars - cadena de vinerías que ofrecen vinos de calidad por debajo de USD15.- , cree que la copa puede tener influencia en una cata, pero no tanto como otros factores, por ejemplo, la temperatura del vino.
Con tres formatos de pie alto, se cubre las necesidades de evaluación de casi todos los vinos : copón grande algo cerrado en la boca para tintos, un poco mas chico y mas abierto para blancos, y flautas / tulipas para espumantes.
Cualquier copa, si tiene el formato adecuado, hace una buena labor. Y si es de cristal, sin adornos, mejor. Ahora, si usted es uno de los afortunados que puede disfrutar de un juego de calices Riedel Burgundy Grand Cru, preste atención, además, al canto profundo del vino que se abre generoso en la copa.
No espere mas, descorche ese vino que tiene guardado, viértalo amorosamente en su copa preferida, y a disfrutarlo con sus amigos, que es lo que importa.
escribió para el blog: Leo Ferrando
Nota: La copa de la foto es una Riedel Burgundy Grand Cru...su precio USD 236.-...ya encargue 24 para La Corte.Salud ! !
José Miranda
No hay comentarios:
Publicar un comentario