Voltaire decía que: "los vinos dulces están hechos para meditar las cosas buenas de la vida". No es casualidad que los expertos los llamen "vinos nobles". Ellos existen en todo el mundo, en primer lugar está el Sauternes, se dice que es el rey de los vinos de Francia, le siguen los tokaj aszú, los Oportos y en Argentina como en otros lugares del mundo también hay algunos vinos de cosecha tardía muy buenos.
¿A qué llamamos cosecha tardía o vinos dulces?
A medida que la uva madura en la planta, los granos van acumulando azúcar, la que luego se transforma en alcohol durante la fermentación. La diferencia de las uvas con las que se realizan estos vinos es que han madurado mucho más tiempo en la planta, y tienen una cantidad tan grande de azúcar, que por lo general las levaduras que intervienen en la fermentación, no pueden transformarla en alcohol completamente. Es por este motivo que el azúcar queda en el vino. El resultado, un vino dulce natural.
Un clásico de la Bodega Santa Julia, que posee en su porfolio
una gran variedad de vinos dulces, dignos de ser probados.
En algunas regiones de Europa, sobre todo del norte, se deja madurar los racimos en las plantas durante muchas semanas. También en las zonas áridas y de clima seco, se producen vinos con estas características.
En Argentina, estos vinos reciben premios y elogios en los mercados más exigentes del mundo. No tienen ni un gramo de azúcar agregada y su dulzura se debe a su maduración y a su cuidadosa elaboración.
El primero fue realizado con Chardonnay muy maduras. El resultado fue un vino dulce natural, joven y fresco. Su color amarillo dorado y su aroma frutal impactó a todos. Con una gran persistencia, es ideal para acompañar quesos azules y algunos postres, que no lleven chocolate. Se bebe muy frío.
La uva Chenin, es también utilizada en nuestro país, y nos regala un vino dulce natural que es ideal para ser bebido como aperitivo, tiene a la vista un color amarillo pálido con algunos destellos dorados. Su aroma es frutal y es fácil percibir el aroma a durazno. Elaborado para atraer a los jóvenes, entre quienes ha tenido mucho éxito, es fácil de beber (mucho cuidado con los excesos!!) y quienes lo elaboran recomiendan hacerlo bien frío, entre 7 y 10 grados.
Uno de mis preferidos
Laborum Torrontés de Otoño
La uva Torrontés, en nuestro país, se interrumpe su fermentación cuando aún perduran 100 gramos de azúcar natural por litro. Los enólogos dicen que hay que beberlo un poco menos frío que los anteriores y aconsejan una temperatura de entre 12 y 15 grados. El Torrontés es aromático per se, tiene un color dorado pálido. Es un vino realmente elegante, que puede abrir y cerrar una comida.
La Sauvignon Blanc, es embotellada sin pasar por madera. Producido en la Provincia de Mendoza, tiene un color amarillo transparente. Su sabor es redondo, y aterciopelado puede servirse como aperitivo (algo que esta muy de moda) o para acompañar postres frutales, si son cítricos mejor!!
Otra uva muy exótica, y que se ha desarrollado con mucho éxito en Argentina, más precisamente en la Provincia de Mendoza, es Gewürztraminer, proviene de Alsacia. Obtenemos un vino muy rico y muy especial de este varietal, con un sabor especiado y aroma a pétalos de rosa. Acompaña platos de sabor intenso, por sus virtudes y características sedosas, hace buen maridaje con salsas al curry, quesos de cabra y aunque no lo crean con alcauciles y espárragos (verduras odiadas por los vinos, esto se lo contaremos en otra entrada)
Así es con los vinos nobles, tenemos que darle la oportunidad de pasar, nuevamente, por nuestros paladares, además son buenos para la charla, el encuentro entre amigos, un buen cigarro, o bien una comida romántica a la luz de las velas.
To be continued...
WineMDQ
Fuente: Mujeres de Empresa
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