Se supone que fue introducida por inmigrantes italianos a fines del siglo XIX y llegó acompañada de la barbera, dolcetto, nebbiolo, grignolino, sangiovesse, buonamico, raboso veronés, tocai friulano, trebbiano, moscato bianco y prosecco.
El origen de estas variedades nos remite al Piemonte, Friuli y Toscana
Allí, existían diversas sinonimias, una misma variedad podía tener diferentes nombres y, también, distintas variedades eran denominadas de la misma manera. El nombre Bonarda se usaba para uvas tan distintas como croatina, nebbiolo o dolcetto. Muchas veces los viñedos no eran puros sino que estaban compuestos por varios cepajes.
Traídas a nuestra tierra, se confrontaron con otros climas y suelos y corrieron diversa suerte. Algunas no se adaptaron bien y su cultivo fue decayendo.
Tradicionalmente en Cuyo se la conocía como barbera, barbera Bonarda o Bonarda. En los años '60 el ingeniero Alberto Alcalde del INTA determinó que no tenía nada que ver con la verdadera barbera que también se cultivaba en
Por sus características ampelográficas tampoco se asemejaba a las Bonardas que aparecían en los libros italianos. En 1970 el ampelógrafo francés P. Truel determinó, durante un viaje a Mendoza, que correspondía a una antigua variedad francesa, la corbeau noir. Su nombre es una remembranza del cuervo, tal vez por el intenso negro de sus uvas.
Esta identificación no resolvió el dilema, por sus antecedentes, nuestra Bonarda no parecía provenir de Francia. Hoy tenemos una explicación probable. La corbeau noir es originaria de
La denominación de los inmigrantes era correcta
En Piemonte, la corbeau se denomina charbono, tal vez una deformación dialectal. Con este último nombre es cultivada actualmente en Estados Unidos.
Estas opiniones nos hacen pensar que la denominación barbera bonarda que trajeron los inmigrantes no era equivocada. Las referencias de antiguas bibliografías sobre charbono dicen de racimos compactos de granos redondos, la predilección de los viñateros por su cultivo, un prolongado período de madurez, la necesidad de lugares cálidos y la calidad poco destacada de sus vinos...
Las características coinciden con los atributos de nuestra bonarda. La verdad es que en otras épocas tendía a producir en demasía, con extremado vigor y una tendencia, por mal podada y conducida, a sombrear mucho los racimos. Esto repercutía en la calidad de los vinos que resultaban con bajo color, delgados, herbáceos y poco alcohólicos.
Conclusión Es asombroso que la misma variedad manejada con técnicas vitícolas más racionales y elaborada con procesos adecuados está brindando, vinos de una calidad destacada. Su uva necesita un clima cálido, mucho sol sobre el racimo, menos producción y una maduración adecuada.
Las condiciones ideales se dan en San Rafael, donde está recomendada para
Vista: El Bonarda es generoso en color, se caracteriza por sus colores rojo rubí intensovioletas, pasando por los púrpuras. (brillante).
Olfato: El Bonarda en nariz es intenso y sus aromas primarios son las frutas rojas, mora, frambuesa, frutillas, cassis y cerezas. Suele tener un fondo especiado. La madera le otorga aromas a vainilla y tabaco.
Sabores: El Bonarda en boca es agradable y dulce, de buena intensidad. De menor riqueza tánica que el Cabernet Sauvignon, taninos muy suaves lo que lo hace aterciopelado, elegante. La madera le permite una excelente maduración completando esto con aromas a vainilla y tostado.
El Bonarda, evoluciona en botella más rápidamente que el Malbec o el Cabernet Sauvignon. La madera le permite una excelente maduración.
Maridajes:
El Bonarda es ideal para acompañar:
- Carnes y vegetales grillados;
- Platos especiados;
- Pastas;
- Legumbres;
- Carnes asadas;
- Quesos duros.
La temperatura a la cual se debe servir un Bonarda, ronda entre los 16º a 18º, la cual le permite al vino exponerse delante de nosotros destacando sus aromas y sabores.
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