Hace unos seis años sucedió algo que enfrió la sangre de los dueños del restaurante, al parecer, un mal gesto al colocar la botella en las estanterías del restaurante rompió la botella por el cuello, aunque el preciado vino no se desparramó gracias al papel aislante que la protegía. Indudablemente los propietarios del Atrio se quedaron a cuadros, sus caras debían expresar el pavor del momento.
Tras contactar con la bodega del vino en cuestión y explicar lo sucedido, recibieron las instrucciones adecuadas para preservar el vino hasta poderlo llevar de vuelta a la bodega. Una vez allí, se procedió al trasvase del vino, aunque antes, la experta enóloga de la Bodega Château d´Yquem, realizó una cata para verificar todas las propiedades del vino.
Después de este suceso, seguramente los responsables aumentaron las medidas de seguridad en las cavas del Atrio, pero, ¿afectó de algún modo el trasvase realizado?, para comprobarlo deberá abrirse nuevamente y ser catado.
A ver si juntamos unos pesos y la compramos...
Salud ! !José Miranda
Fuente; Directo al paladar
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