Si tu hijo tiene curiosidad sobre el alcohol, habla naturalmente sobre ello.
Asegúrate de que la información que llega a sus manos es fiable.
Aconsejales sobre los efectos negativos y positivos de la bebida.
Predica con el ejemplo. Si tu eliges beber, bebe moderadamente y ayúdales a desarrollar una actitud responsable.
Conoce sus hábitos de consumo, y preocupate por su evolución.
Si tu hijo bebe demasiado o de modo inadecuado, habla tranquilamente con él sobre ello, mas allá de reprimendas.
J. Miranda
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