La creación de un buen vino requiere en el proceso industrial tradicional la realización de análisis químicos para evitar problemas. Pero en el método de elaboración sensorial, creado por Antonio Tomás Palacios tras años de investigación en la Facultad de Enología de la Universidad de la Rioja, catadores ciegos utilizan su olfato y gusto potenciados para mejorar el caldo.
Palacios forma a invidentes para que sean capaces de llevar a cabo la cata intuitiva, que permite modificar las propiedades de un vino antes del análisis químico. Los invidentes aprenden a anticipar los problemas que pueda tener un vino, a favorecer su aroma y estructura mediante la detección de parámetros casi exclusivamente sensitivos.
Detectadas las sustancias se trabaja sobre temperatura de fermentación, grado de aireación, tiempo de maceración con hollejos y pepitas, así como valoración de la calidad de las lías, tiempo y tipo de barrica a utilizar... El enólogo Gonzalo Gonzalo ha creado para ello una bodega experimental en la que se elaboran los vinos, que se venden a través de la página web de LazarusWine.
Fuente | 20 minutos
Palacios forma a invidentes para que sean capaces de llevar a cabo la cata intuitiva, que permite modificar las propiedades de un vino antes del análisis químico. Los invidentes aprenden a anticipar los problemas que pueda tener un vino, a favorecer su aroma y estructura mediante la detección de parámetros casi exclusivamente sensitivos.
Detectadas las sustancias se trabaja sobre temperatura de fermentación, grado de aireación, tiempo de maceración con hollejos y pepitas, así como valoración de la calidad de las lías, tiempo y tipo de barrica a utilizar... El enólogo Gonzalo Gonzalo ha creado para ello una bodega experimental en la que se elaboran los vinos, que se venden a través de la página web de LazarusWine.
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