
Palacios forma a invidentes para que sean capaces de llevar a cabo la cata intuitiva, que permite modificar las propiedades de un vino antes del análisis químico. Los invidentes aprenden a anticipar los problemas que pueda tener un vino, a favorecer su aroma y estructura mediante la detección de parámetros casi exclusivamente sensitivos.
Detectadas las sustancias se trabaja sobre temperatura de fermentación, grado de aireación, tiempo de maceración con hollejos y pepitas, así como valoración de la calidad de las lías, tiempo y tipo de barrica a utilizar... El enólogo Gonzalo Gonzalo ha creado para ello una bodega experimental en la que se elaboran los vinos, que se venden a través de la página web de LazarusWine.
Fuente | 20 minutos
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