Reconocidos enólogos coincidieron en que este será un año de “calidad excepcional” en los vinos, con colores y aromas más intensos en el caso de los vinos rojos. Las heladas perjudicaron un poco al Cabernet Sauvignon, sobre todo luego de un mes de sol y calor. Los blancos ganaron en cualidades frescas, pero por las lluvias tempranas se perdió volumen. Cómo son los vinos de la vendimia 2008.
Los vinos de media y alta gama tendrán aromas y colores “excepcionales” este año. Así lo aseguró Alejandro Vigil, enólogo de las líneas altas de la firma Catena, quien aseguró que “ha sido un año sorprendente, es una cosecha que se compara con la 2002 y la 2004. Los vinos son excelentes, los perfiles aromáticos de los tintos en general y del Malbec en particular, se han ampliado, son aromas intensos. Lo hemos medido en las moléculas de aromas, y hay más, sobre todo las uvas que vienen de Lunlunta y Maipú”, se entusiasmó. De las uvas de la Consulta la bodega logró una calidad excepcional en nivel de polifenoles y antocianos, es decir, en color de los tintos.
Marcos Guirado, enólogo de la firma Masi (Tupungato), con respecto a las variedades que se cultivan en Italia (Corvec, Nero Dávola) señaló que, con las lluvias, se logró muy buen color, y buen cuerpo en los vinos. “Dependiendo de las zonas, llegamos a una buena graduación alcohólica y un buen rendimiento. El Malbec, con las lluvias, logró buenos aromas. El Merlot también nos ha sorprendido. El hecho de cosechar de noche también ayudó, esto ayudó a la fermentación pareja, y a que no hubiesen pérdidas”, dijo.
Aplausos para el Malbec, no tanto para el Cabernet Sauvignon
Jorge Riccitelli, primer enólogo de Norton, enfatizó que este año el Malbec tendrá colores y aromas que hace mucho no se lograban. “Después de un poco de sobresaltos por las lluvias de marzo, tuvimos buen tiempo, y el Merlot terminó de madurar. Casi después que algunos Malbec. A su vez el Malbec acompañó esa maduración perfectamente, hasta llegar al 12 de abril. En cuanto a graduación alcohólica, tuvimos una buena maduración, alrededor de los 14 grados, todavía no conocemos muy bien qué pasará con los Cabernet, que recién están fermentado, porque se cosechó en alguna medida después de las heladas. De esa calidad aún no podemos hablar”, señaló.
Daniel Pi, primer enólogo de Trapiche coincidió en que los Cabernet se llevaron la peor parte debido a la helada temprana, que hizo que se tuviera que apresurar la vendimia al máximo para evitar deshidratación de fruta. “Se observaron algunos casos de fruta deshidratada especialmente sobre la semana posterior a la helada. Esa uva deshidratada sirve, pero no tiene la calidad de antes, en nuestro caso no fue más del 5%, pero lo que va a dar como impacto, es el desequilibrio de azúcar notable. Se perdieron aromas frescos”.
Alejandro Vigil de Catena indicó que el Cabernet fue la mayor sorpresa. “Pensamos que no íbamos a tener buenos Cabernet, debido a que esa uva que levantamos después de la helada con algún grado de deshidratación, pero logramos muy buenos niveles de concentración”.
Un vecino de la zona, Alejandro Canovas, de la bodega Cap Vistalba, indicó que los vinos “están saliendo muy bien, la helada no nos hizo perder calidad. Las uvas Malbec están viniendo muy concentradas, por la helada (que se produjo a mediados de abril) los Cabernet vienen con un cierto grado de deshidratación, y esto por un lado es bueno”, detalló el enólogo quien calificó a este como un año soberbio para los tintos, que en general mostrarán buena concentración, colores, matices y una buena relación de acidez total y azúcares.
Menos uvas, pero perfumes delicados
Daniel Pi reconoció que los factores climáticos afectaron el cuaje, dejando en las fincas una disminución general del 15% en la cosecha. Sin embargo coincidió con sus colegas en que para los tintos la cosecha fue estupenda. “Estamos contentos con la calidad. Algunos Merlot y Syrah son excepcionales. Los Merlot tuvieron la madurez más lenta, el Malbec maduró incluso antes, y lo que normalmente pasaba con el Merlot que tenía taninos muy duros, cambió y este año viene con taninos muy delicados, debido a que la madurez tánica por el verano benévolo, acompañó la madurez azucarina”.
En cuanto al color, es un año atípico “Este año va a ser memorable, porque al haber menos uva, hay más concentración. Se perdió en kilos pero se ganó en calidad”.
Desde Catena, Alejandro Vigil coincidió cien por ciento. “La pérdida de uva está dada por un mal cuaje en general. Hemos tenido menos bayas por racimo y menos racimos por planta, las mermas en Malbec han sido de un 20 y 30% por hectárea. Esto ha sido muy importante para obtener mayor calidad”.
En cuanto al clima en general dijo que las temperaturas promedio ayudaron a una mejor maduración de las uvas que en años anteriores. “Entre el 15 y de enero y el 11 de febrero tuvimos cinco grados menos de temperatura media. La falta de sol no ha sido problema, en las zonas altas la intensidad lumínica es fuerte por sí sola. En la zona centro oeste y Sur, en la Consulta, Valle de Uco, Maipú y Luján, las uvas más tempranas tuvieron problemas de sanidad en la zona Este, no así las Bonardas de esa zona que llegaron a una excelente maduración, que tuvieron una curva similar de azúcares y taninos”.
Santiago Achával, de Achával Ferrer indicó que gracias a la producción de bajos rindes (entre 20 y 50 quintales), las lluvias de febrero no lo afectaron. “Hemos tenido muy buen color, aroma y estructura en Malbec, Cabernet, Cabernet Franc y Merlot.
Y como cosechamos temprano, evitamos la helada. Los alcoholes son normales para nuestro gusto, entre 13 y 14 por ciento”, dijo.
Menos alcohol para las blancas
Por las lluvias, de mediados de enero y principios de febrero, la mayor parte de los viñateros apresuraron la cosecha tuvimos de las uvas blancas. En el caso de Trapiche, según dijo Pi el Chardonnay, el Sauvignon Blanc y el Torrontés de Salta lograrán un perfume muy delicado, muy fino, y graduaciones alcohólicas más bajas de lo acostumbradas; “esto se debe a las maduraciones lentas, y a la disminución en aromas de fruta cocida, por falta de sol, más que tropical como otros años”.
En cuanto a la graduación alcohólica en general indicó que “este año en general habrá vinos de buen alcohol, las uvas comunes, que se cosecharon temprano, sobre todo algunos Chenin, pueden llegar a tener poco grado, pero los Sauvignon, los Torrontés, están bien maduros, con contenidos alcohólicos normales”.
Por su parte Alejandro Vigil dijo respecto de las blancas, que “también es un año excepcional. Por primera vez el Sauvignon Blanc tiene aromas de pasto y los herbáceos característicos. El Chardonnay tiene perfiles cítricos minerales que antes no tenía, con alcoholes muy balanceados, no logrados en otras cosechas”.
Fuente | Area del Vino
Marcos Guirado, enólogo de la firma Masi (Tupungato), con respecto a las variedades que se cultivan en Italia (Corvec, Nero Dávola) señaló que, con las lluvias, se logró muy buen color, y buen cuerpo en los vinos. “Dependiendo de las zonas, llegamos a una buena graduación alcohólica y un buen rendimiento. El Malbec, con las lluvias, logró buenos aromas. El Merlot también nos ha sorprendido. El hecho de cosechar de noche también ayudó, esto ayudó a la fermentación pareja, y a que no hubiesen pérdidas”, dijo.
Aplausos para el Malbec, no tanto para el Cabernet Sauvignon
Jorge Riccitelli, primer enólogo de Norton, enfatizó que este año el Malbec tendrá colores y aromas que hace mucho no se lograban. “Después de un poco de sobresaltos por las lluvias de marzo, tuvimos buen tiempo, y el Merlot terminó de madurar. Casi después que algunos Malbec. A su vez el Malbec acompañó esa maduración perfectamente, hasta llegar al 12 de abril. En cuanto a graduación alcohólica, tuvimos una buena maduración, alrededor de los 14 grados, todavía no conocemos muy bien qué pasará con los Cabernet, que recién están fermentado, porque se cosechó en alguna medida después de las heladas. De esa calidad aún no podemos hablar”, señaló.
Daniel Pi, primer enólogo de Trapiche coincidió en que los Cabernet se llevaron la peor parte debido a la helada temprana, que hizo que se tuviera que apresurar la vendimia al máximo para evitar deshidratación de fruta. “Se observaron algunos casos de fruta deshidratada especialmente sobre la semana posterior a la helada. Esa uva deshidratada sirve, pero no tiene la calidad de antes, en nuestro caso no fue más del 5%, pero lo que va a dar como impacto, es el desequilibrio de azúcar notable. Se perdieron aromas frescos”.
Alejandro Vigil de Catena indicó que el Cabernet fue la mayor sorpresa. “Pensamos que no íbamos a tener buenos Cabernet, debido a que esa uva que levantamos después de la helada con algún grado de deshidratación, pero logramos muy buenos niveles de concentración”.
Un vecino de la zona, Alejandro Canovas, de la bodega Cap Vistalba, indicó que los vinos “están saliendo muy bien, la helada no nos hizo perder calidad. Las uvas Malbec están viniendo muy concentradas, por la helada (que se produjo a mediados de abril) los Cabernet vienen con un cierto grado de deshidratación, y esto por un lado es bueno”, detalló el enólogo quien calificó a este como un año soberbio para los tintos, que en general mostrarán buena concentración, colores, matices y una buena relación de acidez total y azúcares.
Menos uvas, pero perfumes delicados
Daniel Pi reconoció que los factores climáticos afectaron el cuaje, dejando en las fincas una disminución general del 15% en la cosecha. Sin embargo coincidió con sus colegas en que para los tintos la cosecha fue estupenda. “Estamos contentos con la calidad. Algunos Merlot y Syrah son excepcionales. Los Merlot tuvieron la madurez más lenta, el Malbec maduró incluso antes, y lo que normalmente pasaba con el Merlot que tenía taninos muy duros, cambió y este año viene con taninos muy delicados, debido a que la madurez tánica por el verano benévolo, acompañó la madurez azucarina”.
En cuanto al color, es un año atípico “Este año va a ser memorable, porque al haber menos uva, hay más concentración. Se perdió en kilos pero se ganó en calidad”.
Desde Catena, Alejandro Vigil coincidió cien por ciento. “La pérdida de uva está dada por un mal cuaje en general. Hemos tenido menos bayas por racimo y menos racimos por planta, las mermas en Malbec han sido de un 20 y 30% por hectárea. Esto ha sido muy importante para obtener mayor calidad”.
En cuanto al clima en general dijo que las temperaturas promedio ayudaron a una mejor maduración de las uvas que en años anteriores. “Entre el 15 y de enero y el 11 de febrero tuvimos cinco grados menos de temperatura media. La falta de sol no ha sido problema, en las zonas altas la intensidad lumínica es fuerte por sí sola. En la zona centro oeste y Sur, en la Consulta, Valle de Uco, Maipú y Luján, las uvas más tempranas tuvieron problemas de sanidad en la zona Este, no así las Bonardas de esa zona que llegaron a una excelente maduración, que tuvieron una curva similar de azúcares y taninos”.
Santiago Achával, de Achával Ferrer indicó que gracias a la producción de bajos rindes (entre 20 y 50 quintales), las lluvias de febrero no lo afectaron. “Hemos tenido muy buen color, aroma y estructura en Malbec, Cabernet, Cabernet Franc y Merlot.
Y como cosechamos temprano, evitamos la helada. Los alcoholes son normales para nuestro gusto, entre 13 y 14 por ciento”, dijo.
Menos alcohol para las blancas
Por las lluvias, de mediados de enero y principios de febrero, la mayor parte de los viñateros apresuraron la cosecha tuvimos de las uvas blancas. En el caso de Trapiche, según dijo Pi el Chardonnay, el Sauvignon Blanc y el Torrontés de Salta lograrán un perfume muy delicado, muy fino, y graduaciones alcohólicas más bajas de lo acostumbradas; “esto se debe a las maduraciones lentas, y a la disminución en aromas de fruta cocida, por falta de sol, más que tropical como otros años”.
En cuanto a la graduación alcohólica en general indicó que “este año en general habrá vinos de buen alcohol, las uvas comunes, que se cosecharon temprano, sobre todo algunos Chenin, pueden llegar a tener poco grado, pero los Sauvignon, los Torrontés, están bien maduros, con contenidos alcohólicos normales”.
Por su parte Alejandro Vigil dijo respecto de las blancas, que “también es un año excepcional. Por primera vez el Sauvignon Blanc tiene aromas de pasto y los herbáceos característicos. El Chardonnay tiene perfiles cítricos minerales que antes no tenía, con alcoholes muy balanceados, no logrados en otras cosechas”.
Fuente | Area del Vino
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